SERENDIPITY.

Y el otoño llegó de repente.

Escribo esto con tu olor todavía impregnando mi piel. Has vuelto, intensa, más que antes. Y creo que necesitaré dos vidas extra para poder recuperarme de ti, o volver a acostumbrarme. Ayer se hizo otoño. Las hojas se volvieron amarillas y el viento de las seis de la mañana me hiela los huesos. Así, de un día para otro, sin avisar. Como tú. Estás aquí, ahora que ya casi no me acordaba de ti, que apenas escribía tu nombre en el vaho de los cristales. Has vuelto para helarme los huesos con tus besos de iceberg. Estás aquí, en Madrid. ¿No se ha puesto todo más bonito? No lo sé, no puedo dejar de mirar ese culito respingon, sugerente, que se contonea dentro de unos levi's ajustados. ¿Es demasiado pronto para decirte que te quiero? Te miro, y es como si nada hubiera cambiado. En tus ojos sigo teniendo veinte años y tú todavía no me has roto el corazón. Bienvenida Jota, como te echaba de menos.