domingo, 3 de mayo de 2015

Reencontrar - te.

Estaba distinta pero la reconocí igual. Pelo más largo, labios más rojos. 17 lunares y los mismos ojos marrones.
Tiré el cigarro y le sonreí.

 - No te hacía con el pelo largo
 - Creía que fumar era algo que no iba contigo

Su voz había cambiado. Muy poco, casi ni se notaba, pero ahora ya no tenía ese tono cantarín de años atrás. Ya no desprendía inocencia ni juventud. Mi pequeña Peter Pan había crecido.
Entramos a una cafetería y nos sentamos en una mesa junto a una ventana, algo que está muy bien cuando no quieres mirar a los ojos a la puta que una vez te arrancó el corazón y lo tiró a la basura.
  - Ahora tomas café? – le pregunté.
  - El cola-cao es para niños.
Le mire a los ojos. Aquellos grandes ojos marrones. Vacíos. Oscuros. Habían perdido su luz.
  - Todavía no entiendo qué hacemos aquí...
  - Creo que te debo una explicación
  - No la quiero
Clavé mis ojos en los suyos y noté como algo se apagaba en su interior, la esperanza la había abandonado. Por un momento me sentí cruel, pero todas las noches que había esperado un mensaje suyo reaparecieron de golpe en mi cabeza, se hicieron un nudo en mi garganta y el sentimiento pasó.
  - Pe, pero yo... – tartamudeo – yo quiero dártela – se leía en su cara que realmente lo necesitaba.

Tomé aire y respiré hondo. Cerré los ojos. Tragué saliva.

  - Te acuerdas cuando te fuiste? Entonces tenías que haberme dicho algo. El mes siguiente. Si me apuras incluso un año después, entonces sí que quería entenderte. Pero ahora? No la quiero, así de simple. Esa herida ya está cerrada, se acabó. Pasé la página. Me da igual, te fuiste y ya no me importa.

La angustia se le escapaba por los poros. Aquello había sido demasiado para ella. Pero por qué tenía que ser yo quién mostrará clemencia? Yo no había sido el causante de esta situación. Yo no me había ido.
Tomó un sorbo de su café, se le mancharon los labios. Una tímida lágrima comenzó a descender desde sus pestañas.
  - Pascual, lo siento mucho.
Volví la cara hacía el cristal, no podía mirarla. Ojala no quisiera esa maldita explicación. Ojalá la duda no siguiera corroyéndome por dentro. Ojalá fuera verdad que la había olvidado. Ojalá.

  - Me agobié...
Las palabras salieron de su boca sin parar, desordenadas. De sus labios... de sus putos labios perfectos. La creí. O por lo menos hice el esfuerzo. La entendía, quería entenderla. Ella lloraba y se sorbía la nariz, mientras yo, sentado en el sillón de en frente la miraba sin saber qué hacer. Así que me limite a abrazarla. Le coloqué la cabeza en mi hombro y le acaricie el pelo suavemente.
  - Ya está, vale? – le susurre – estás muy guapa con el pelo largo. Si sigues llorando se te va a correr el maquillaje y todo este rollito que llevas de chica adulta y seria va a perder intensidad.
Noté como se reía, como dejaba de llorar, como se secaba tímidamente las lágrimas con el borde de la mano. Me miró a los ojos. Sus ojos. Aun sin su brillo eran tan...
Y me besó. Y yo me dejé besar, como quien se cansa de ir a contracorriente y deja que le lleve la marea. Como quien encuentra un oasis en un desierto de 5 años. Como quien vuelve a casa y se tira en el sofá. Como el que no ha olvidado, ni ha pasado la página, ni ha curado la herida.


Son las ocho de la mañana. Este no es mi piso, ni mi cama. Pero está ella.

Parte I.
:) :( ;) :P :D :/ :x :* :O :S :| B) :w :a :)) :(( O:) 7:) 7:P X( (:| =)) I-) 2:P =DD X_X :!! :q ^_^ :ar!

8 comentarios:

  1. Hola Alejandra!
    Ay me has hecho poner piel de gallina. Pude sentir el dolor y la angustia del relato porque justamente me ha pasado. Fue como si narrarás cinco años atrás en mi pasado y la verdad es que los hechos con el relato, son semejantes. Espero muy ansiosa la segunda parte!

    Un beso grande!

    ResponderEliminar
  2. Muchas veces las explicaciones no las necesita la persona a quien hemos herido sino nosotros mismos... somos tan egoístas que buscamos acallar nuestra conciencia intentando explicarles por qué les hicimos sufrir... Porque lo necesitamos para poder pasar página, para poder disfrutar de su recuerdo, para ser capaces de reconocer que fue lo mejor que nos había pasado...
    Un besoo!

    ResponderEliminar
  3. Que buen relato Alejandra!! Triste a la vez.... Esperare ansiosa la segunda parte :)
    Cariños!

    ResponderEliminar
  4. Ay por Dios, que bonito escribis <3
    Me quedé encantada!!! no puedo esperar a seguir leyendo!!
    Así que por acá estaré al pendiente :D
    Un beso grande Ale!!

    ResponderEliminar
  5. Holaa!
    Pues soy nueva por aquí :3 Me gusta como escribes, y lindo blog
    ¿Nos seguimos?

    Besos!!!

    ResponderEliminar
  6. Dios mío, me enamorado de esta entrada.
    Amo como escribes.
    Un besazo <3

    ResponderEliminar
  7. Me ha encantado, voy a leer ahora mismo la siguiente parte. Un texto genial de veras.

    un abrazo!

    ResponderEliminar
  8. Hola acabo de descubrir tu blog y me ha enamorado! Me quedo por aquí.
    Escribes de una forma preciosa, me ha encantado el relato y estoy esperando la segunda parte jaja.
    Un besazo enorme

    ResponderEliminar

¡Muchas gracias por tus palabras! Leo todos los comentarios y me hacen muchísima ilusión. En cuanto tenga un ratito, no te preocupes, pasaré por tu blog para devolvértelo ♡